En geografía, el término relieve hace referencia a los diferentes desniveles o irregularidades que presenta la superficie terrestre. Estos accidentes geográficos se pueden clasificar según su tipología, como: formaciones montañosas, llanuras y depresiones.

Haciendo referencia a nuestro estudio, podemos advertir que la mayoría de la superficie de todo el espacio natural protegido tiene un carácter montañoso, hallando en él, multitud de alineaciones serradas. Una de estas alineaciones es la que denominamos Sierra de las Villas, que podría tener su límite más meridional el río Cañamares, mientras que en el sector septentrional sería el propio Guadalquivir, una vez realizado su giro hacia el oeste peninsular.  Al oriente, sería nuevamente el gran río andaluz el límite fronterizo de una nueva alineación montañosa y, por el oeste la campiña olivarera jiennense y su relieve arcilloso más relajado y propicio para la agricultura. 

Como podemos observar en la siguiente imagen, existe una desigual distribución del espacio protegido, en cuanto a la denominación del mismo se refiere. De este modo, tan sólo el 7% de dicho territorio correspondería a nuestro ámbito de estudio, mientras que Cazorla y Segura, se reparten el 25% y el 68% respectivamente. 

Fuente: Escapádate.

En el año 1989, la Sierra de las Villas, junto a la vecina Sierra de Cazorla y Segura, fueron  declaradas conjuntamente Parque Natural. De este modo, todo el sector nordeste de la provincia jiennense, con un área total de 209.762,7 hectáreas conforma el mayor espacio natural protegido de España. Antes y después de esta fecha, diferentes figuras de protección vinieron a respaldar y avalar este significativo espacio geográfico peninsular, el cual alberga endemismos en flora y fauna, en un marco incomparable para el disfrute de los cinco sentidos. 

Volviendo a nuestra sierra, cabe destacar su topografía abrupta y accidentada. Además, se pueden encontrar profundos valles erosionados por la influencia del agua y, por tanto, también es posible presenciar grandes acantilados. Este tipo de relieve, quebrado e indómito, es el característico en la Sierra de las Villas, pues en el sector central y oriental de espacio protegido predominan extensas altiplanicies o relieves montañosos relativamente más suaves.

Sierra de las Villas, Navazalto 23/01/2 | Fuente: José Ángel Torrente Fernández.

Enmarcando y adentrándonos en el corazón de nuestra sierra, una carretera la recorre de punta a punta y de sur a norte, haciendo posible la contemplación de unos espectaculares paisajes. Esta carretera, la transversal de las villas, permite internarse por todo este ámbito, existiendo diversos puntos en los que descansar, comer y/o estacionar el vehículo, para después adentrarse en la más absoluta naturaleza. El avistamiento de buitres u otras rapaces, mamíferos como la cabra montesa, el zorro o el jabalí, entre otros muchos,  campan a sus anchas en las zonas más recónditas de este majestuoso territorio. Para una perspectiva exterior de la misma, uno de los posibles lugares para su contemplación sería el balcón de Iznatoraf o también conocido como Torafe, una aldea situada en la parte alta de un cerro testigo, que permite una panorámica de nuestra sierra de extraordinaria belleza. También, desde el majestuoso mirador del pico Quijarón, en la llamada Sierra de Beas, nos muestra todas estas características que anteriormente hemos detallado de este desconocido e inexplorado territorio para muchos. 

 

El espacio geográfico que nos ocupa se presenta como una enorme barrera montañosa que separa a un lado de la sierra el denominado “mar de olivos” y, al otro, el resto de la misma. En un vertiginoso descenso por las laderas orientales nos encontramos con las aguas de un bravo Guadalquivir, justo antes de llegar a su embalse, el famoso Tranco de Beas. La barrera montañosa a la que nos referíamos se hace muy visible ascendiendo por el medio valle del Guadalquivir, antes de llegar a la pedanía villacarrillense de Mogón. Este obstáculo montañoso es clave para obligar a las masas húmedas del atlántico a ascender generando importantes precipitaciones en todo este macizo calcáreo, que en época de escorrentías propone una belleza sinigual a todo aquel que se anima a descubrir este territorio.

Municipio de Villacarrillo desde Navazalto. 23/01/23 | Fuente: José Ángel Torrente Fernández.

Centrándonos en el relieve de la Sierra de las Villas, podemos indicar que está constituida por  cordales de laderas, en ocasiones muy abruptas y, en otras muy cubierta por extensos bosques de coníferas, aunque mermados por los numerosos incendios, el más grave acontecido en el verano de 2004. Estos bosques son atravesados por bellos torrentes de montaña, son los nombrados Aguascebas, ríos que han originado feroces cañones y cerradas, y caen por algunas de las cascadas más hermosas del espacio natural protegido. Claro ejemplo de ello, son la cascada de Chorrogil, La Osera, entre otras. 

Sierra de las Villas. 23/01/23 | Fuente: María Gómez Pérez.
Cumbre del Blanquillo. Abril del 2022. | Fuente: Pedro Javier Méndez Galera.

El Blanquillo es el techo de las Villas, una cumbre aislada a más de 1.830 metros sobre el nivel del mar. Un espectacular promontorio calcáreo que se corta ferozmente en su vertiente occidental, dejando una de las estampas más representativas de la sierra. Desde este mirador, que es el Blanquillo, podemos contemplar gran parte del espacio protegido, alzarse imponente detrás de las altiplanicies de los campos de Hernán Pelea, el pico de la Sagra en la provincia Granadina, la cima del Banderillas, el Empanadas, así como el gran río Guadalquivir a oriente y occidente, como si de un diferente río se tratara.  Más al norte de esta gran cima, las montañas pierden carácter y altitud. Nos referimos a las Cumbres de Beas, donde la energía vertical del paisaje comienza a debilitarse, conformando un relieve sencillo y suave, que con dificultad llegan a los 1.300 m. Desde una de estas cimas, el Quijarón, volvemos a tener una majestuosa panorámica de la parte más septentrional de la Sierra de las Villas, con el gran tajo que forma el Guadalquivir a nuestros pies. Como podemos observar en la imagen siguiente, la Sierra de las Villas se despide con todo su esplendor conformando espectaculares panorámicas, con laderas que descienden vertiginosamente buscando el gran río, desde las cumbres del Alto de los Almagreros y Caballo Torraso.

Sierra de las Villas, desde el pico Quijarón. 30/11/2021. | Fuente: Coral Gutiérrez Porras.
Vistas desde el Pico de Navazalto, Sierra de las Villas. 23/01/23 | Fuente: María Gómez Pérez.